Capacidad de almacenamiento
Uno de los aspectos en los que un disco duro tradicional muestra una considerable ventaja, es en la capacidad de almacenamiento. Y es que es muy fácil encontrar en el mercado actual, diversos dispositivos con varios terabytes de memoria, sin que esto afecte demasiado el precio.
En contraste con esto, las unidades SSD que superan los 2TB, por ejemplo, suelen ser sumamente costosas. Es por eso que, si quieres guardar archivos a largo plazo o almacenar carpetas grandes, los HDD son los discos duros más recomendables.
Durabilidad
Los discos duros HDD perduran más en el tiempo, porque los platos que graban y leen datos pueden durar años sin que se desgasten. En el caso de las unidades SSD, sus células de memoria tienen una determinada vida útil y está calculada en base al número de operaciones de escritura que tenga.
Una vez excedido este número, simplemente dejarán de funcionar. Hay que tener en cuenta que se están desarrollando tecnologías para grabar una mayor cantidad de bits por celda, razón por la cual su expectativa de vida es cada vez menor.
De todas maneras, los avances en el diseño de las SSD tienen métodos para poder distribuir mejor el desgaste y así lograr que las células perduren más tiempo, aunque siguen siendo inferiores a comparación del disco duro HDD.
Velocidad
Cuando hablamos de velocidad, hacemos alusión a la capacidad que tiene el dispositivo para leer y escribir datos. En el caso de los discos duros, la rapidez a la que giran sus discos ayuda a determinar los tiempos que tardan para este tipo de procedimientos.
Este es un punto muy importante a comprender, porque ambos presentan diferencias notorias. Pues bien, al acceder a un archivo, la parte dedicada a la lectura del cabezal, señalará el posicionamiento de las secciones magnéticas (mientras vuela sobre los platos giratorios).
Siempre que el archivo que se está leyendo se haya escrito de forma secuencial, el disco duro será capaz de leerlo rápidamente.
Sin embargo, cuando el disco se va llenando, se produce lo que conocemos como “fragmentación”, lo que hace que el proceso de lectura de la información se demore un poco.
Con las unidades SSD esto no es un problema, porque los ficheros se escriben de manera fragmentada mediante sus celdas. De hecho, estos dispositivos están especialmente diseñados para que el acceso a las celdas sea simultáneo, lo que agiliza notablemente el procedimiento.
Esto significa que los archivos se leen a una velocidad increíblemente rápida, mucho más de lo que se puede lograr con un disco duro HDD, independientemente de cómo sea su fragmentación.
Por otra parte, esta cualidad de los SSD, hace que el sistema se sienta muy ágil, ya que tiene la capacidad para acceder a los datos de todo el disco, produciendo lo que se conoce como “random access” (acceso aleatorio).
De todas maneras, es preciso señalar que este beneficio de lectura rápida, trae también una desventaja que debemos tener en cuenta. Es que, como explicamos anteriormente, las células se desgastan con el tiempo.
Esto se produce ya que empujan electrones mediante un portal para establecer el contenido, lo que va agotando a la celda y, con el correr del tiempo, reduce su rendimiento.
Hay que decir que el desgaste de las SSD toma un buen tiempo. De hecho, es probable que tengas que actualizar el almacenamiento de tu ordenador, o necesitar más espacio, antes de que el dispositivo empiece a fallar.
Además, en la actualidad existen tecnologías que ayudan a evitar que se degraden rápido. Un ejemplo es TRIM, que posibilita que el sistema operativo le comunique a la unidad de estado sólido (SSD), que bloquee los datos que ya no están en uso (como los que se dejan al momento de borrar ficheros).
Duración de la batería
En este punto, hay que decir que las unidades de estado sólido (SSD) tienen un consumo de energía mucho más eficiente, debido a que el disco entra en reposo con mayor frecuencia que los discos duros tradicionales.
Tamaño, forma y probables daños físicos
Los discos duros HDD son mucho más vulnerables a sufrir daños o roces, porque están compuestos por piezas mecánicas. Si un ordenador se cayera, es muy probable que todas estas partes choquen, lo que, por supuesto, hará que pierdas tus datos y además tendrás que reemplazar el disco.
Las unidades SSD, por su parte, no tienen partes móviles, por lo que sobreviven mejor a golpes, caídas o accidentes que pueda tener tu ordenador. Sin duda es un factor a tener en cuenta, porque muchas personas llevan consigo el equipo al trabajo, a un café o a la universidad.
La forma de ambos dispositivos de almacenamiento, es otro de los aspectos a detenerse. Las unidades de disco duro HDD para ordenador de escritorio son de 3,5”, mientras que para las portátiles es de 2,5”.
Los SSD se están extendiendo hasta alcanzar una gran variedad de diseños y tamaños. El estilo más común es el 2,5”, aunque en el último tiempo han aparecido dispositivos más pequeños, basados en factores de forma como M.2 y PCIe.